sábado, 24 de octubre de 2020

PENSAR LA REALIDAD POLÍTICA, ECONÓMICA Y SOCIAL EN LATINOAMÉRICA


Por estos días en los que en el mundo se producen tantos cambios a causa del Covid y en Latinoamérica además se dan movimientos políticos -el triunfo del MAS en Bolivia, el plebiscito por la reforma constitucional en Chile, próximas elecciones en Ecuador, etc- se hacen necesarios espacios de reflexión como el propuesto por el Curso Internacional Estado, Política y Democracia que se dicta a través de la Escuela de Estudios Latinoamericanos y Globales. Organizado por el Grupo de Puebla, el Observatorio Latinoamericano, la UMET y la Universidad de Río de Janeiro, este Curso Internacional tuvo su clase magistral inaugural "Paz y Seguridad en América Latina" a cargo del ex presidente de Colombia Ernesto Samper y de la cual recorto un breve texto para compartir entre quienes estén interesados en estas cuestiones:

"En Latinoamérica se ha utilizado la corrupción -por parte de los medios de comunicación con el apoyo de los medios económicos- como arma de persecución política especialmente de figuras progresistas. El caso más reciente es el de Lula, pero también está el caso de Evo Morales en Bolivia o Rafael Correa en Ecuador. Es la utilización de la corrupción como arma política de persecución a figuras progresistas. Pues bien, esa corrupción nació en el momento en que metimos el mercado en el Estado y comenzamos a manejar al Estado no como un gran dispensador de políticas públicas sino como una bolsa de negocios de contratación en el que lo que importaba no era el valor sino el precio. El gran cambio que indujo el neoliberalismo es que pasamos al precio determinado por el valor al valor determinado por el precio y dentro de esos valores, los valores éticos fueron mercantilizados para ponerlo al servicio de esos intereses".

S.R.





sábado, 17 de octubre de 2020

EL PERONISMO, AMOR Y SUBVERSIÓN


Según la historia, luego de las importantes conquistas sociales que obtuviese Perón como Secretario de Trabajo en el gobierno de Farrell y luego de ser obligado a renunciar a sus cargos por octubre de 1945; en la mañana del 16 de octubre los obreros de las fábricas del conurbano bonaerense fueron a cobrar su quincena y se encontraron con que no se les pagaba el feriado del 12 de octubre. Al reclamar dicho pago se les respondía "andá a reclamarle a Perón!". Al parecer esa fue la chispa que encendió la mecha de la propuesta de paro general para el 18 con movilización a Plaza de Mayo el 17, para pedir por la liberación del Coronel.

Llegar a la plaza ese 17 no fue fácil. Sin demasiada organización y sumando integrantes a sus filas a medida que pasaban por las fábricas del sur del conurbano,  los obreros llegaron al puente levadizo que limitaba con capital y se encontraron con que este había sido levantado para impedir el paso. Ante ese escollo y según se cuenta algunos cruzaron en balsa y otros nadando hacia Capital, hasta que un sector de la policía que simpatizaba con Perón lo hizo bajar y todos entraron a la ciudad. Luego la caminata hasta la plaza bajo el sol de octubre. Los pies cansados y, al llegar, una fuente con promesas de alivio.

Pedro Saborido dice que el origen del peronismo es tan inocente como poner los pies en agua. Y parece ser ese su mito fundacional.  

Un movimiento que nace de la necesidad de alivio de un sector social. No hay allí pretensiones grandilocuentes que  se erijan en grandes ideales, sino que lo que hay es la necesidad básica que reclama satisfacción. El peronismo nace ante necesidades básicas y está ahí para satisfacerlas. Pero, entre las necesidades básicas está también la de dignidad, a la que el peronismo responde. Por eso genera "lealtad", porque mira al que necesita para llenarlo también de dignidad y eso es algo que no perdonan quienes están convencidos de que hay ciudadanos de primera y de segunda,  esos meritócratas sin méritos que creen que no hay que incluir a todos en una sociedad en igualdad de derechos.

Este movimiento impertinente que nace sin pedir permiso ese 17 de octubre, será eternamente condenado por un sector social. Este maremoto popular que viene de los márgenes de la sociedad para ocupar su centro será siempre una mala palabra para muchos. Este movimiento que nació deseando la manzana prohibida del bien vivir no será nunca perdonado por haberse atrevido a tanto ni por ser tan irreverente en trabajar para concretarlo.
El peronismo nace ese 17 en un acto de toma de conciencia del protagonismo de los trabajadores que sellan la alianza con su líder. Nace en un acto de amor y al mismo tiempo de subversión ante un orden establecido del cual los pies en la fuente es quizás su mejor metáfora. 

S.R.