viernes, 24 de julio de 2020

RÁPIDO RACCONTO DE PÉRDIDAS


Una conversación de ayer que comenzó con un tema trivial pero derivó en cuestiones políticas a propuesta de mi circunstancial interlocutor, me hizo pensar en la necesidad de un pequeño balance del Gobierno anterior, para saber de donde venimos. Brevemente, un rápido racconto:

- Salud: se eliminó el Ministerio y se suspendieron programas (Qunita, Argentina sonríe, programas de capacitación, entrega de preservativos, programas de prevención de dengue, zika, chikungunya, etc), faltaron vacunas contra sarampión, varicela, meningitis, hepatitis, etc.
El presupuesto de salud pasó de 2.3% del presupuesto en gestión de Fernández de Kirchner a 1.7% en Gobierno del que hablamos, desfinanciando así el sistema de salud. 

- Justicia: según recientes investigaciones de la Justicia, se "presionaron" jueces, se crearon causas (con espías como D' Alessio, jueces como Bonadio y fiscales como Stornelli), se aplicó la doctrina Irurzun encarcelando opositores políticos por posible "entorpecimiento de investigaciones de causas". 
Se montó un sistema de espionaje ilegal a opositores políticos vía AFI a presos de Ezeiza y a figuras políticas, incluidos miembros del propio partido del Gobierno de ese momento.

- Educación: se eliminó el plan Conectar Igualdad y se condenaron vía opinión pública los reclamos docentes, al punto de haberse pensado en la posibilidad en Provincia de Buenos Aires de reemplazar a los docentes por "voluntarios". Se anularon las paritarias docentes.

- Seguridad: se instaló la doctrina Chocobar culpabilizando a la víctima y justificando el uso de la fuerza "disparando primero y preguntando después"; doctrina que también se usó en el caso Santiago Maldonado.

- Economía
Poder adquisitivo de los salarios: cayó un 26% (Página 12, 19 octubre 2019)
Inflación: superó el 300% en 4 años (diario Ámbito Financiero, 15 enero 2020)
Recaudación fiscal: se eliminó el impuesto a las riquezas afectando las arcas del Estado. 
Pobreza e indigencia: aumento de 30.9% en 2015 a 35.5% en 2019. Indigencia de 5.9% a 8%. Se generaron casi 3 millones de nuevos pobres.
Incremento de tarifas: aumentaron todos los servicios públicos en proporciones siderales, llegando al 3600% (sí, tres mil seiscientos por ciento)
Incremento de deuda externa: se endeudó al país emitiendo bonos a 100 años y tomando deuda en tiempo récord y en proporciones enormes. En 4 años se "aumentó la deuda en 163%, lo que implicó un aumento de 104 mil millones de dólares." (diario Ámbito Financiero, 9 de diciembre de 2019. Investigación Undav).

- Trabajo y empleo: se eliminó el Ministerio de trabajo y se perdieron 230.000 empleos (diario IProfesional 31 enero 2020). Cerraron 24.500 empresas (diario Clarín, 19 enero 2020).

Estos son sólo algunos pocos datos para saber de donde venimos. Ustedes pueden agregar más, porque los hay (decidí no mencionar episodios de corrupción de funcionarios).
En estos momentos de pandemia en que se exige al Gobierno actual no sólo cuidar la vida, sino también la economía, se le exige plan económico, sostener los puestos de trabajo, contener la inflación, hacer bajar el dólar, sujetar el riesgo país, negociar con bonistas pagándoles lo que quieren (siendo que la deuda la contrajo la anterior administración), no cobrar deudas a empresas que estafaron al Estado, mantener feliz a los periodistas, a los anticuarentena, a los que están a favor de la cuarentena, etc, etc; en estos momentos, pienso, quizás sería bueno tener en mente de dónde venimos, como para ubicar en contexto las exigencias que hoy hacen a este Gobierno sobre todo quienes apoyaron al anterior, el cual nos dejó no una "pesada herencia", sino quizás más bien ciertos "resultados de gestión" que, tengamos por seguro, ninguna administración de Estado va a envidiar.


Silvio Rivero




domingo, 19 de julio de 2020

DARK, ESA "MATERIA OSCURA" DE LA QUE ESTÁ HECHO LO HUMANO

Varios son los ingredientes que hacen atrapante a esta serie alemana de 3 temporadas que puede verse a través de Netflix y que me conducen al análisis que aquí comparto.

Por un lado están los viajes en el tiempo y la presentación e interjuego de los personajes en distintas edades cronológicas y escenarios, todo lo cual exige cierto esfuerzo para comprender la complejidad de la trama. La oscuridad de las imágenes transmite también la opacidad que caracteriza a la serie.

Pero por otro lado -lo cual considero como lo más interesante- existe el desafío de instalar cuestiones por fuera de la lógica y de la física conforme a las cuales se desenvuelve el mundo, así como también una aproximación a conceptos psicoanalíticos que quizás merezcan ser presentados aquí.


En relación a la Lógica
Tenemos que decir que en nuestra vida cotidiana las acciones y pensamientos se conducen de acuerdo a ciertos principios lógicos, nacidos de postulados aristotélicos. Entre ellos está el principio de identidad que reza “nada puede ser y no ser al mismo tiempo”. 

Efectivamente no podríamos vivir sabiendo que 1 es también 2 y que A es también B. En Dark, ese principio no aplica, aunque no puedo dar ejemplos sin correr el riesgo de spoilear la serie. Basta con decir que si alguien se enfrenta a su yo extemporáneo, estaría pasando por alto el postulado de ser 1 y no 2. “Ser o no ser” no es “la cuestión” en Dark, a diferencia del Hamlet de Shakespeare atormentado precisamente por ese dilema que aquí no lo es.


En relación a la Física  
Sabemos que existen básicamente dos campos de la Física: el que se ocupa de fenómenos macros que viene de la tradición newtoniana y el que se ocupa de fenómenos subatómicos, vale decir la Física cuántica.

Si bien en la serie Dark aparecen fenómenos como los agujeros negros que son fenómenos macros, lo desconcertante está en la aplicación de las leyes de la Física cuántica.
Aquí tomaremos dos de estas leyes. El principio de indeterminación de Heisenberg que dice que no se puede medir sino de manera incierta la velocidad y posición de una partícula y el principio de complementariedad de Bohr que indica que a nivel subatómico una misma realidad se puede comportar como partícula o como onda.

La serie pareciera tomar estos dos principios y jugar con la incertidumbre desconcertando al espectador, ubicando a las historias y a los protagonistas por momentos como partículas puntualmente ubicadas en espacio y tiempo y por momentos como ondas que se deslizan fluyendo en el tiempo y en el espacio, viajando en ellos. Los saltos cuánticos son constantes pero aquí no los realizan elementos subatómicos sino personas.

Digamos, como dato al margen, que la cuestión de los viajes en el tiempo también fue abordada por la Física. A través del francés Costa de Beauregard en 1947 y los norteamericanos Cramer y Davidön en 1976  y 1980 respectivamente. Asimismo desde la Física se ha desarrollado también la teoría de universos paralelos a través de los norteamericanos John Wheeler en 1957 y Neill Graham y Bryce De Witt en 1970.


En relación al Psicoanálisis
En el Psicoanálisis como en Física cuántica no existe sino lo probabilístico. No se pueden establecer certezas científicas –por ejemplo a la manera de las matemáticas- en los fenómenos del inconsciente, los cuales perfectamente podríamos concebirlos como “error de la matrix”, como denominan en la serie a aquello que se presenta por fuera de su lugar (concepto obviamente tomado del film Matrix). Los errores de la matrix en nuestra disciplina son los fenómenos en los que  el inconsciente se muestra: los olvidos, los fallidos, los sueños, los síntomas; son los relámpagos que iluminan la oscuridad en la que nos movemos, esa oscuridad tan parecida a la de Dark.

Tanto se acerca la explicación de lo sucedido en la serie a los conceptos del psicoanálisis que los autores le hacen decir a los protagonistas que puede un sueño ser la explicación de tanto surrealismo.

Pero nada de eso, la explicación por el sueño (o la pesadilla) no viene como panacea a resolver nada. La explicación está en relación a aquello que opera como un eterno retorno nietzscheano, como esa repetición que nos ubica como Humanidad siempre en el terreno del error, en el terreno de la oscura naturaleza humana que siempre conspira contra sí misma y también siempre nos hace tropezar con la misma piedra a lo largo de toda nuestra historia.

La explicación de los sucesos está del lado de la oscuridad. Como sabemos por la astrofísica, el universo está formado casi en un tercio por la “materia oscura”, materia invisible, transparente, no refractaria a la luz y  de cuya existencia sólo sabemos por sus efectos gravitacionales sobre los cuerpos visibles. ¡Lo mismo que el inconsciente, de cuya existencia sabemos por sus efectos! (Contagiado del espíritu de la serie y para cortar la oscuridad, quien sabe si en futuro no existirá un aparato que mida el tamaño del inconsciente y nos sorprendamos con la noticia de que, al igual que la materia oscura del universo a la que lo podemos asimilar, ocupa también él un tercio de nuestro aparato psíquico).

Creo que de allí el nombre Dark. Lo oscuro es en realidad la naturaleza humana, algo que el psicoanálisis conoce muy bien. Esa es en verdad la “materia oscura” que se desplaza a lo largo de la serie, es aquella que lleva a los sujetos a través del tiempo y el espacio, por los mismos caminos y los mismos tropiezos. Es en ese sentido que Dark ilumina con su oscuridad.


Silvio Rivero



sábado, 11 de julio de 2020

DE ALFONSÍN A PAVLOV

Hoy recordé a don Raúl cuando decía "hay que tener cuidado con ese diario que ataca como partido político y se defiende con la libertad de prensa".
Ocurre que leo algunos profesionales del campo psi que, de manera más o menos solapada, toman a la angustia como caballito de batalla, para también de manera más o menos disimulada proponer el abandono de la cuarentena, en concordancia con un sector político, aunque claro, sin decirlo.
Están quienes son directos (los prefiero) y como el Decano de la Facultad de Psicología de la UBA, directamente lo dicen con todas las letras. Pero están también aquellos que actúan más subrepticiamente y tras un discurso casi amoroso, "empático", comprensivo y cálido sugieren que las manifestaciones colectivas como la de estos días podrían ser interpretadas como expresiones de la angustia que provoca la cuarentena.
En ambos casos y según su lectura, la angustia se provoca por la cuarentena, que es una medida de Gobierno. En ese contexto la población reacciona, no siendo responsable por ello, porque dicha reacción es casi un reflejo. Así lo que denominan "angustia" lo justifica todo. El sujeto queda, desde esta mirada, totalmente desresponsabilizado. Cuales discípulos de Pavlov, conciben a un sujeto reducido a su animalidad y atrapado en un circuito de estímulo-respuesta. La cuarentena provoca angustia y esta hace reaccionar a las personas.
Me parece muy peligroso esta posición de algunos colegas ya que, quizás sin proponérselo, alimentan hechos como los del pasado 9 de julio en el obelisco. Tras posiciones supuestamente sanitarias se ocultan posiciones políticas.
Por eso recordé a Alfonsín y me nace parafrasearlo, "atacan como partidos políticos y se defienden con la salud mental".

Silvio Rivero



jueves, 9 de julio de 2020

EL ANALISTA, EL CIUDADANO Y LA CINTA DE MOEBIUS


En el texto Psicoanálisis y salud mental, Eric Laurent nos habla del analista crítico y del analista ciudadano y ubica las diferencias.

El analista crítico sería aquel que “no tiene ningún ideal”, que “no cree en nada”. Sabemos que un analista es un especialista en la desidentificación, en tanto es hacia allí a donde conduce un análisis. Ahora bien, quedar justamente identificado a ese exclusivo lugar estimula, dice Laurent  “cierto ideal de marginalización del análisis, un ideal del analista concebido como el marginal, el inútil, el que no sirve para nada, salvo para esa posición de denuncia de todos los que sirven para algo”. Vale decir entonces que ocupar el lugar de analista crítico puede conducir a una posición cínica, apartada de lo social.

El analista ciudadano, en cambio es aquel que entiende que “hay una comunidad de intereses entre el discurso analítico y la democracia”. Es el que “ayuda a la civilización a respetar la articulación entre normas y particularidades individuales”.

La época de pandemia convoca más que otras al analista ciudadano ya que obliga a tomar partido en relación, por ejemplo,  a las medidas sanitarias en virtud de la pandemia. Pero, en este universal de la norma, el analista tendría que poder expresar intentos de articulación con particularidades. El desafío estaría en esa articulación.

Hoy se escuchan, de manera casi permanente, cuestionamientos a las normas impuestas en nombre de la “libertad”, de la “situación económica” o incluso en nombre de la ciencia, entre las que está la psicología. Así el Decano de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires cuestionó la medida de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) respaldando sus expresiones en un informe del Observatorio de Psicología Social Aplicada de esa Universidad, informe que fuera previamente criticado por su falta de rigor científico. En tren de crítica, se han escuchado también, las voces de “300 intelectuales” cuestionando el ASPO con argumentos varios que hacen eje en el falso dilema salud-economía.

Si ante estas manifestaciones se ocupa el lugar de analista crítico, se las alimentará, ya que no hay toma de posición en relación a esos cuestionamientos de la norma. Si en cambio se adopta la posición del analista ciudadano habrá que tomar partido anticipando, advirtiendo y transmitiendo las consecuencias funestas que devendrían del triunfo de esos cuestionamientos a la norma.

Hablar de esto un 9 de julio, cuando en nuestro país se conmemora un nuevo aniversario de la declaración de la independencia, resulta apropiado porque quizás un analista ciudadano tenga que ser también alguien que se manifieste, alguien que declare la necesidad de independencia del goce mortífero que a veces se presenta en lo social -como en los ejemplos citados del Decano y de los “300 intelectuales”-  bajo el ropaje de la libertad, del discurso científico o filosófico y de las buenas intenciones.

Pero, probablemente adoptar esta actitud de mayor compromiso con lo social e intervenir tomando partido públicamente implicaría ser más ciudadano que analista y entonces quizás más que hablar de analista ciudadano podríamos hablar de ciudadano analista.

¿Dónde termina el analista y comienza el ciudadano? ¿Dónde termina el ciudadano y comienza el analista? Considero, según singular experiencia, que no es posible establecer ese límite, no es posible separar claramente esas funciones ya que se pasa de una a otra, se continúan una a la otra, a la manera de una cinta de Moebius, esa superficie que pareciera tener dos lados pero que en verdad tiene solamente uno, en este caso el lado analista y ciudadano.

Silvio Rivero


Cinta de Moebius