Escribo sumamente conmovido.
Acabo de disfrutar de la excelente Argentina 1985 y no puedo menos que sentir orgullo por ese hito nacional que fue el Juicio a las Juntas Militares.
En un país que por estos momentos pasa por un periodo de odio y desquicio que dió como resultado el intento de asesinato de la actual vice presidenta de la Nación, es bueno sentir que es también el mismo país -el único en el mundo- que ha logrado condenar a sus genocidas.
No voy a entrar en detalles de la película que rescata el valor de la justicia y la memoria, solo decir que es casi una obligación verla para recordar cada día que no somos el fracasado país que desde cierto sector pretenden vendernos.
La película aparece en en momento justo. En el momento en que esos viejos fantasmas que proponían resolver las diferencias con sangre y aniquilamiento intentan corporizarse en los actuales grupos de ultraderecha, herederos políticos de quienes ya fueran condenados por esas acciones.
Un film que nos dice que aún hoy, después de casi 40 años del brillante alegato del fiscal Strassera, y para cuidar la democracia y preservar la paz, es necesario seguir diciendo y sosteniendo "Nunca Más".
Silvio Rivero
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