jueves, 26 de noviembre de 2020

LA PERFECTA IMPERFECCIÓN


Maradona era, es y será el punto donde los extremos se unen. 

El niño pobre que albergaba la certeza del adulto que sería ("quiero ganar un mundial" decía con pocos años) y el adulto que jugaba como chico. El que se entregó a los excesos y el que los reconoció y les dió pelea. Diego el que apenas con una secundaria incompleta daba cátedra con la brillantez lacónica de sus frases. Ese que iluminaba hasta con sus oscuridades. El que amamos por ser tan terrenal y tan de otro mundo al mismo tiempo.

Maradona era, es y será lo humano y lo divino juntos. Un ser de perfecta imperfección. Y no es esto un juego de palabras ni un pretencioso oxímoron. Diego es una especie de aleph borgeano que reúne un universo que no se puede explicar, que no se puede abarcar, un misterio al que se ama y que por eso también se dice D1OS.


Silvio Rivero




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