Lacan siempre resaltó la importancia del significante. Hasta un número es un significante. En la actual Argentina hablar de “la 125” es hablar de una resolución que el gobierno nacional intentó establecer el año pasado y que desató una fuerte resistencia de los damnificados por ella, vale decir, los productores rurales.
Decir 125 es decir problemas, conflictos, lucha entre el gobierno y una parte de la sociedad y perjuicio para el resto.
Paradójicamente y casi en contra de la importancia que tiene el significante, el gobierno y el campo (afectada por la resolución 125) no tienen diálogo entre sí, no hay significantes en juego entre ellos, mas que uno solo: 125.
Pareciera que estamos asistiendo a espectáculos de actores mudos. Los significantes no circulan entre las partes y en cambio, se actúa. Los representantes del campo anuncian una huelga que terminará dos horas antes de reunirse con la Ministra de la Producción el próximo martes 24 de Febrero.
Nuestra realidad política pareciera estar hecha de gestos más que de palabras. Reutemann deja de ser un K, Romero y Escudero también en claros gestos de oposición.
Aplicando conceptos del psicoanálisis podríamos pensar que el orden imaginario le está ganando la partida al orden simbólico en nuestra realidad política. Lo imaginario es el ámbito de la identificación especular y por lo tanto de la rivalidad; es el ámbito de la guerra. Lo simbólico supone un registro distinto en el cual hay leyes que regulan la interacción entre las personas, desalojando así la rivalidad y la violencia; es el orden de las palabras y el acuerdo. O como dice Joaquín Sabina en uno de sus temas, sin nombrar estos registros: “que el diccionario detenga las balas”. Por ahora esa frase sólo parece ser una expresión de deseo.
Decir 125 es decir problemas, conflictos, lucha entre el gobierno y una parte de la sociedad y perjuicio para el resto.
Paradójicamente y casi en contra de la importancia que tiene el significante, el gobierno y el campo (afectada por la resolución 125) no tienen diálogo entre sí, no hay significantes en juego entre ellos, mas que uno solo: 125.
Pareciera que estamos asistiendo a espectáculos de actores mudos. Los significantes no circulan entre las partes y en cambio, se actúa. Los representantes del campo anuncian una huelga que terminará dos horas antes de reunirse con la Ministra de la Producción el próximo martes 24 de Febrero.
Nuestra realidad política pareciera estar hecha de gestos más que de palabras. Reutemann deja de ser un K, Romero y Escudero también en claros gestos de oposición.
Aplicando conceptos del psicoanálisis podríamos pensar que el orden imaginario le está ganando la partida al orden simbólico en nuestra realidad política. Lo imaginario es el ámbito de la identificación especular y por lo tanto de la rivalidad; es el ámbito de la guerra. Lo simbólico supone un registro distinto en el cual hay leyes que regulan la interacción entre las personas, desalojando así la rivalidad y la violencia; es el orden de las palabras y el acuerdo. O como dice Joaquín Sabina en uno de sus temas, sin nombrar estos registros: “que el diccionario detenga las balas”. Por ahora esa frase sólo parece ser una expresión de deseo.
me sirvió para un trabajo
ResponderEliminarQué bien Melisa! Me alegra que te haya servido.
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