lunes, 3 de agosto de 2020

TERRAPLANISMO Y TEORÍA DE LA CONSPIRACIÓN ¿UN "TRIUNFO DE LA RELIGIÓN"?



Acabo de ver en Netflix “Tan plana como un encefalograma”, documental de 2018 dirigido por Daniel Clark. El título en inglés es más representativo del contenido: “Behind the Curve” que se puede traducir como “Detrás de la Curva”. El nombre en español sugiere cierta expresión peyorativa hacia la temática y no es ese el enfoque que le da el director, ni es tampoco el espíritu con el que la vi.
El film se centra en las actividades de Mark Sargent y Patricia Steer, dos terraplanistas norteamericanos que hacen de la difusión del tema el centro de sus vidas.
Me interesa aquí utilizar el film para pensar en lo que esbozo en el título del texto.

Teoría de la conspiración
Si bien la idea de que la tierra es plana existe desde siempre con algunos adeptos, es en estos últimos años en los cuales cobró auge. Esto se debe esencialmente a la posibilidad de difusión que otorga Internet. Para verificarlo alcanza con chequear el buscador de Google, que arroja más de 51 millones de resultados para “tierra plana”, entre los que hay 1 millón  y medio de videos. Estos últimos son la fuente de información preferida para quienes adhieren al terraplanismo.
Es interesante ver en el documental que a esta idea de la tierra plana se le suman otras como la ineficacia de las vacunas; la idea de que con nosotros conviven “reptilianos” (reptiles con forma humana que tendrían origen extra o intraterrestre y con inteligencia superior); la creencia de que hay una casta dominante oculta que bebe sangre humana y realiza sacrificios humanos; la idea de que existe un empuje hacia el transexualismo promovida por cierto sector de la sociedad, la idea de que los aviones que surcan el cielo arrojan químicos contaminantes a la tierra evidenciado en las estelas que dejan, etc.
Todas estas ideas que sostienen estas personas no pueden ser demostradas por ellas, pero tampoco pueden ser desmentidas por otros (desde su óptica). Si bien ellos no pueden dar pruebas fehacientes de la veracidad de sus creencias e ideas, los demás no pueden demostrar la falsedad de las mismas. Así por ejemplo, ante las fotos de la tierra tomadas desde el espacio exterior y que acreditan su redondez, los terraplanistas expresan que tranquilamente pueden ser falsas. Esta hipótesis simple pero contundente, se apoya en una teoría que sostiene todo su edificio de creencias e ideas: la teoría de la conspiración.
Esta teoría reza que nada ocurre por casualidad y que tras todo lo que ocurre hay poderes ocultos. Todo es conspirativo, según su creencia. El mundo es un engaño para dominar a la población. ¿Y quiénes intentan dominarlo? No son unánimes en esto pero ubican como controladores de la Humanidad a los masones, los judíos, los Rothchild, los Rockefeller, los jesuitas, los satanistas, el Vaticano, los gobiernos, la NASA, el FBI, la CIA, etc.   
No pueden demostrar la validez de sus ideas, pero tampoco se dejan convencer por el discurso científico que les muestra su equivocación, ya que consideran que la ciencia se encuentra al servicio de los poderes que dominan al mundo.
Dicha teoría a veces se vuelve en contra de quienes la sostienen y ejercen. Así Patricia  Steer, una de las dos terraplanistas cuya experiencia es contada en el film, da testimonio de que ha sido víctima de la teoría de la conspiración. Se llegó a considerar que era “reptiliana”, transexual, que trabajaba para la CIA (conclusión a la que llegan por las letras finales de su nombre: PatriCIA), que tenía una familia ficticia, etc. Steer expresa que ante esas consideraciones se siente impotente porque, aunque son disparatadas, no puede demostrar lo contrario. Prueba así de su propia medicina.
En épocas de pos verdad estas teorías vienen como anillo al dedo a mucha gente, ya que no es necesario un saber para sostenerlas, sino solo creer en ellas.

El triunfo de la religión
A la manera del discurso religioso, aquí es necesaria una dosis de creencia. Se cuestiona el discurso científico desde un discurso afín al religioso.
El saber científico es acusado de ser funcional a los poderosos y, en contraposición a esto, el saber cuasi religioso del terraplanismo se presenta como aquello que viene a liberarnos del saber de la ciencia y sus mecenas opresores. Es por eso que atrae a todos los discursos “anti” (anti vacunas, anti cuarentena, anti cuidado) que son los que también buscan liberarse de la opresión de los poderosos. De allí que una de sus premisas sea descreer de los gobiernos y de la ciencia.
Por estos días de pandemia vemos a representantes de estas posiciones “anti” formando parte de manifestaciones, son algunos de los que claman por el fin de la cuarentena y pregonan a viva voz su descreimiento en el gobierno y en el discurso científico. Aclaremos que no todos los que se manifiestan en contra de la cuarentena comulgan con estas ideas.
Lacan anunciaba “el triunfo de la religión” en una conferencia de prensa que diera el 24 de octubre de 1974 en Roma, más precisamente el Centro Cultural Francés con motivo de un congreso. Ese triunfo se daría esencialmente porque la ciencia lleva a la intranquilidad y la religión a la tranquilidad. La ciencia se arregla con lo real de una manera que angustia, entre incertidumbres y dudas; la religión en cambio aporta sentido a la vida.
Discursos como el del terraplanismo están, según lo veo, en la línea de lo religioso puesto que otorgan sentido y aportan certezas a las personas.
El sentido que ofrece el terraplanismo -y los demás discursos “anti” que se le suman- sostenidos por una teoría de la conspiración, es el de la libertad y de un "despertar". De allí que utilicen, tanto en manifestaciones como redes sociales, expresiones como “abrir los ojos” o “despertar”. Denuncian la opresión de los poderosos y ofrecen liberar, a todo aquel que crea en ellos, de las cadenas del saber instituido como tal, de conocimientos que para ellos no tienen sustento (efectivamente basta con mirar al horizonte para verificar que no hay curvatura de la tierra), se trata de cuestionar todo el saber con el cual nos dominan. Con este discurso ofrecen un sentido a la vida de muchos que se nuclean ayudados por las redes sociales en comunidades virtuales que le dan también sentido de pertenencia.
 Este sentido de la vida consistente en liberarse de los poderes ocultos del mundo que quieren controlarnos, se ha constituido ya en un movimiento a nivel mundial que crece día a día y que demuestra la enorme fuerza de las creencias por más absurdas que parezcan.

Silvio Rivero

  


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