viernes, 18 de septiembre de 2020

LOS ACTORES DE LO IRREAL Y LA CATARSIS DE SUS ESPECTADORES O LAS NUEVAS REGLAS DE LA GUERRA

En Argentina un ex presidente dice que su "impresión es que el actual presidente está 'grogui'", como estaba él cuando gobernaba. Otro ex presidente en una carta publicada hace unos días en un diario manifiesta que en el país "no se respeta la Constitución" sin más pruebas que su propio decir. En Bolivia una presidenta de facto expresa que para "cuidar la democracia" (que ella violó para estar en ese cargo) decide no presentarse como candidata para no "dividir el voto" e impedir así que gane Evo Morales en elecciones... democráticas; vale decir que desde su óptica y la de su espacio politico se "cuida la democracia" impidiendo su desarrollo, así como se "lucha por la libertad" destituyendo a un gobierno democrático que ahora hay que evitar que vuelva también por vía democrática.

Realmente todas estas son pruebas de que se manipula a la gente y se miente sin ningún cuidado. Al parecer se ha superado la etapa de la posverdad y se ha entrado en una especie de extrañamiento de la realidad. Ciertos políticos y comunicadores se encargan de convertir lo real en irreal y lo irreal en real y para eso intentan anular el sentido crítico de las personas apelando solamente a lo emocional del ciudadano que se convierte así en un espectador de esa irrealidad que esos políticos y comunicadores le presentan a la manera de actores. Los ejemplos de este mecanismo, por supuesto no se agotan en los casos presentados, basta ver noticias mentirosas en las que, por ejemplo, de un caso particular se hace una generalidad como "éxodo de empresas" o "la gente se va a vivir a Uruguay", para comprobarlo. 

Estos políticos y comunicadores se transforman así en actores y los ciudadanos desprevenidos en espectadores de esa irrealidad presentada como real. Se presenta así ese fenómeno que nace en el teatro griego, donde los actores actuaban su papel provocando el efecto de catarsis en el público, liberando sus emociones. El efecto catártico de estas actuaciones de políticos y comunicadores se vehiculiza hoy y en este contexto, de otra manera: a través de la movilización de la gente ya sea en marchas, cacerolazos o manifestaciones en redes sociales. Efectivamente en nuestro país y por estos días, inmediatamente después de la publicación de la carta del ex presidente, se produjo una nueva movilización en el Obelisco, otra vez con desdibujadas consignas al igual que la carta que los impulsó a salir.

Esta estrategia pensada en términos cinematográficos y teatrales, con algunos políticos y comunicadores como actores y la ciudadanía como público, destinada a crear una realidad irreal y convertir la realidad en irreal, es muy peligrosa. El peligro es que, en caso de triunfar, amplificará al resto de la sociedad y por un efecto de contagio, ese desquicio que está presente en una parte de la sociedad que sale a la calle sin saber bien ante qué se manifiesta. 

El mecanismo que se está utilizando es el de presentar la mentira como verdad. Esto, que es propio de las redes sociales con sus fakes news y que tanto estrago produjo por ejemplo en países como Birmania donde generó una guerra civil (véase la película "El dilema de las redes sociales"), se encarna hoy en los políticos y comunicadores con gran exposición y sin ninguna vergüenza. Esta estrategia es la que propone Sean McFate el nuevo gurú de la administración norteamericana. McFate, un ex militar norteamericano devenido en escritor y filósofo de la guerra, publicó en 2019 su libro “Las Nuevas reglas de la guerra: la victoria en época de desorden”. Allí reivindica la militarización de la política a través de la utilización de los medios de comunicación, la gestión del desorden y la generación de conflictos internos. Dice McFate “la victoria no se obtiene en los campos de batalla sino en la conciencia de la sociedad” y dice también que en esta nueva guerra ganará quien logre imponer su realidad por más irreal que sea (véase el brillante artículo "Las nuevas guerras" de Jorge Elbaum en el Cohete a la luna). 

La estrategia ya está en marcha y en nuestra región la oposición política en Argentina la está utilizando, tanto como el gobierno en Bolivia. La única manera de contrarrestar esa estrategia es estando atentos y bien informados para no confundir lo irreal con lo real.

 Silvio Rivero




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