Las escenas vistas anoche en la que jóvenes se encontraban y amontonaban a tomar una cerveza, era tan grotescas y patéticas como las de esa hermosa y amada película. Todo era absurdo y peligroso y las imágenes transmitían la idea de que, como dice en la película el personaje de China Zorrilla, "aquí ni ha pasado nada" y el virus ya no existe en esta ciudad.
El comportamiento irresponsable de esos jóvenes era lo esperable por parte de todos, excepto por las autoridades porteñas que, tozudamente, insisten en apelar a una "responsabilidad individual" que anoche dió nuevamente pruebas claras de que no existe, al menos en ese sector social, rango etario y bajo esas circunstancias.
El director de esta realidad de la ciudad, que anoche mostró escenas que me parecieron de película, no parece estar dirigiendo bien y de seguir así "la carroza" va a llegar para muchos y gastarán el camino al cementerio de la Chacarita de tanto transitarlo.
Ojalá, como en la verdadera película, las escenas vistas anoche sean fruto de una mala decisión -tal como en el film fuera la decisión de la partida de mamá Cora, provocando los angustiantes malos entendidos- y ojalá también, como en la película, en la vida real esos malos entendidos dejen de serlo y se revierta esta mala decisión para llegar a un final feliz
Silvio Rivero
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