sábado, 9 de mayo de 2020

Tensión en calles de cuarentena






Salir hoy a las calles en la ciudad de Buenos Aires es navegar entre rostros embarbijados y miradas que escudriñan cuerpos a dos metros de distancia. Un panorama de lejanías. Pero por otro lado están las voces que se dirigen a oídos ajenos y alguna sonrisa que intenta hacer amable el momento. Un panorama de cercanías.
La gente mayor es la que más sale y la que por lo general intenta entablar alguna charla en las filas de supermercados, farmacias y bancos, mostrando así la necesidad, tan humana, de compañía. Los "motivos" para salir son muchos: a pasear el perro, a pagar una factura de un servicio, a comprar dos tomates o un sachet de leche. Son los mismos motivos que la gente mayor suele tener siempre para salir, pero que esencialmente tienen que ver con estar con otros. Para esa gente que quizás viva sola y que no tiene o no sabe usar la tecnología para acortar las distancias con sus seres queridos, o que quizás ni tenga familiares o amigos con quienes al menos charlar por teléfono, el salir a la calle para intentar un encuentro con otros les resulta tan necesario como el desencuentro con el virus. Esa es la tensión que observé hoy en las calles. Por un lado el temor al virus y por otro la necesidad del encuentro con otros, aunque más no sea a través de fugaces palabras y miradas que exorcicen soledades, por un rato.
Silvio Rivero

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